Es un hecho la relación directa que existe entre energía y cambio climático. Tal transformación climática supone un riesgo para el medio ambiente, la salud humana y la economía.

Desde el comienzo de la Revolución Industrial, la quema de combustibles fósiles -como gas natural, carbón y petróleo- para la producción de electricidad, emite una gran cantidad de gases contaminantes a la atmósfera que causan el efecto invernadero. Todo esto se evidencia de distintas maneras: aumento del nivel del mar, fenómenos meteorológicos extremos, migración y extinción de diferentes especies animales, agotamiento de recursos naturales, etc.

A todo esto se le suman los acontecimientos mundiales que transformaron la perspectiva energética: la guerra ruso-ucraniana y el aumento del consumo tras la pandemia. La invasión rusa de Ucrania provocó el inicio de una subida del precio de la luz y gas que, a día de hoy, aún sufrimos.

Llegados a este punto, la pregunta que se nos plantea es:  ¿Están intentando las comercializadoras de luz potenciar las energías renovables? ¿Qué tendencias energéticas nos deparará el 2023 y hacía dónde nos llevarán?

Tendencias energéticas 2023

1. Precio de la luz

Las predicciones no están claras, los expertos se encuentran en una encrucijada de cómo evolucionará el precio de la electricidad en 2023. 

Según la AIE (Agencia Internacional de la Energía), la previsión de los precios no es buena, pues seguirá subiendo debido al aumento del coste de materias primas, de la demanda, de las emisiones de CO2 y de la prolongación de la guerra. Saber qué porcentaje subirá todavía es más incierto y depende de la fuente que hace el pronóstico. El precio medio que se estima para el primer semestre del año es de unos 200€/MWh. 

Un cambio que nos trae este año es la reforma del sistema utilizado para calcular la tarifa PVPC o regulada de la luz. Con esta modificación, el Gobierno pretende conseguir la estabilidad del precio de la luz.

Sin embargo, ante este dilema de cómo fluctuará el precio de la electricidad, hay una pieza clave: las energías renovables. En días soleados o con mucha producción de energía eólica, los precios se hunden. Esta situación provocaría un abaratamiento de los precios, por lo que es una tendencia energética de gran relevancia para lograr un planeta más sostenible, saludable y económico.

2. Energías renovables

Se prevé que para este año el autoconsumo seguirá creciendo y las energías renovables serán protagonistas a nivel mundial, de tal modo que se espera que superen al carbón como fuentes de generación de electricidad para 2025. 

Los datos del último informe de IEA (International Energy Agency), revelan que la generación eléctrica proveniente de fuentes renovables está aumentando de forma exponencial. Tal es así que se prevé que en los próximos 5 años se producirá tanta energía renovable como la se ha generado en los 20 anteriores.

Según Edison Next, una de las estrategias por las que apostar para el futuro energético, es la inversión en sistemas de generación basados en las renovables, de entre los cuales la fotovoltaica es la que destaca. Esta energía ya experimentó un fuerte crecimiento durante el 2022 y se espera que sea la que experimente un mayor crecimiento en toda la UE. Se trata de una energía económica y eficiente, que permite ahorrar en la factura y que tiene unos claros beneficios para el medio ambiente.

La eólica y la geotérmica también han ganado terreno como generadoras de energía sostenible durante las pasadas décadas. Esto hace que sea posible incorporar todo este tipo de energías como medida eficaz y óptima para frenar el cambio climático, la subida de precios de luz y de gas y ser, a la vez, la opción más acertada para la eficiencia energética.

3. Eficiencia energética

La eficiencia energética se incluye dentro del plan de transición energética. Éste es un conjunto de medidas dirigidas a promover el uso de energías renovables y reducir la de los combustibles fósiles, con el objetivo de luchar contra el cambio climático y conseguir un planeta más sostenible. 

Algunas de las tendencias para la eficiencia energética son: el uso de las renovables, el cambio de vehículos de convencionales a eléctricos, el mejor aislamiento y perfeccionamiento de la calefacción en los hogares, la optimización del uso de energía en la fabricación y los cambios en la infraestructura del transporte público para reducir la congestión.

Como alternativa al uso del petróleo, se pueden usar biocombustibles, que provienen de materiales orgánicos. Se pueden crear a partir de diferentes materias primas, como el aceite de palma, las algas, el grano o los residuos agrícolas. Esta fuente de energía puede ser una manera eficiente de usar la energía solar o también de obtener mayor cantidad que los combustibles fósiles.

4. Captura, uso y almacenamiento de carbono

La captura, uso y almacenamiento de carbono (CCUS, por sus siglas en inglés), recoge todos los procedimientos tecnológicos que persiguen reducir el CO2 de la atmósfera, recogiéndolo y utilizándolo como materia prima para la generación de nuevos productos, o almacenándolo en el subsuelo de forma segura.

Según los datos recogidos por Wood Mackenzie, la cartera de proyectos de CCUS está aumentando rápidamente. Prevén que 166 millones de toneladas por año (Mtpa) de CO2 entrarán en crecimiento durante el próximo 2023. Para ello, apuestan por la I+D de tecnologías innovadoras que puedan acelerar estos procedimientos y conseguir un futuro más verde.

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