La salida del Reino Unido de la Unión Europea ha entrado en periodo de transición desde el 31 de enero y su salida definitiva será el 31 de diciembre del 2020. Aunque hasta esta fecha todo seguirá igual y únicamente el ex Estado miembro ha perdido voz y voto en las instituciones comunitarias, este “Brexit” producirá cambios a nivel económico, político y social que afectarán, entre otras cosas, a la libre movilidad y residencia de los ciudadanos en suelo europeo.
Sin embargo, entre las portadas y discusiones, todavía no se ha hecho público cómo afectará su salida al Comercio de Derechos de Emisión de CO2 hasta hace bien poco. Ahora se conoce que el Reino Unido dominará los movimientos de los precios del carbono durante el resto del año 2020 en el sistema de comercio de emisiones de la UE (ETS), aunque las centrales participantes aguardarán hasta que se confirmen los objetivos de disminución de emisiones de la UE, que se prevén más ambiciosos, y se prepararán para la conversión a la cuarta fase del esquema ETS en 2021.
Por el momento, el Reino Unido ha ratificado el acuerdo tras su salida el acuerdo, por lo que las empresas emisoras de CO2 del Estado británico seguirán en el ETS de la Unión Europea hasta que se produzca el divorcio definitivo a finales de año. Este hecho habría beneficiado a los precios del carbono, ya que la posibilidad del Brexit sin acuerdo dificultó el aumento de los precios del ETS de la Zona Euro durante el 2019. Si se hubiera producido el temido Brexit sin acuerdo, podrían haberse vendido masivamente los derechos de emisión de emisiores británicos, ya que estos ya no precisarían de permisos para el futuro cumplimiento.
No obstante, los participantes del acuerdo afirman que cualquier recuperación podría ser de corta duración, y la salida con acuerdo también pondría en dificultad los precios del carbono. Esta falta de certidumbre sobre el desenlace del Brexit ha provocado que las subastas de crédito de carbono emitidos por Estado británico se hayan suspendido durante el año 2019 y que el Gobierno del Reino Unido todavía no haya confirmado su asignación de ETS para este año.
A partir de aquí es donde ha aparecido la práctica denominada el “endeudamiento”. Las plantas industriales venden sus derechos de emisión asignados libremente en el mercado antes de usar su próximo lote para el año siguiente, con el fin de cumplir con sus emisiones del año precedente. Pero la cuarta fase de negociación prohibirá esta práctica y las empresas deberán equilibrar sus posiciones adquiriendo los permisos que le resten para el año que se avecina.
Las últimas informaciones apuntan a que la el objetivo de la Unión Europea será la reducción de emisiones del 50% respecto a las emisiones de CO2 de 1990. Por el momento las ganancias del mercado de carbono en 2018 batieron récords, sin embargo no son suficientes para cumplir el objetivo del año 2030. Por ello todos los expertos señalan que la independencia del Reino Unido de la Unión Europea supondrá un claro freon al mercado europeo del CO2.
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