Récord en producción de renovables en Europa
No todo son malas noticias en los tiempos que corren. Europa ha generado un 40% de la electricidad de este año a través de fuentes renovables, lo que ha supuesto un ahorro de un 23% de las emisiones de CO2 al planeta. Un respiro que seguramente agradecerá la Tierra.
Estas cifras se desprenden del informe anual sobre el sector eléctrico europeo que realiza el think tank Ember de forma anual. Sus resultados salieron a la luz hace escasos días. Esta cifra tan favorable de la que hablamos se ha dado en los primeros seis meses del año 2020 y comparada con el mismo periodo del año pasado es un 11% más.
En este estudio también se observa cómo la paralización de la actividad económica por la crisis del coronavirus ha influido en la reducción de la generación de combustibles fósiles. De hecho, se ha reducido en 18% en comparación con el primer semestre de 2019. No obstante, en España este porcentaje ya iba a la baja y se ha acentuado más aún con el cierre de las centrales térmicas de carbón a finales de junio, de las que hablaremos en un apartado posterior.
Suben el sol y el viento
Mientras unos caían, otros subían. Ha sido el caso de la producción eléctrica del sol y el viento. En concreto, su cuota de mercado se ha situado en 21% y 22%, respectivamente. Ello se debe a la mayor instalación de placas fotovoltaicas y aerogeneradores, así como las condiciones meteorológicas que han resultado bastante favorables este año. Con mucho sol y un febrero con bastante viento en toda Europa.
En esta misma línea de renovables, la hidroeléctrica ha supuesto el 13% de electricidad en el territorio europeo y la biomasa el 6%. No obstante, los creadores del informe apunta que esta última fuente no es igual que el resto, ya que un 15% de su generación tiene su origen en la quema de masa forestal, con el fin de reemplazar el carbón en las centrales.
¿Qué significa el cierre de las térmicas de España?
Entre las fases del desconfinamiento, ha pasado casi inadvertido el hecho de que la mitad de las centrales térmicas de España ya no volverán a funcionar. Esta circunstancia está en sintonía con el Acuerdo de París, que dicta que en 2025 será la fecha límite para el cierre de todas estas centrales. El objetivo es que se limite la subida de la temperatura del planeta en 1,5 grados.
¿Qué supone el cierre de estos lugares? Respecto a la contaminación, se reducirán las emisiones de CO2 pero también de dióxido de azufre (SO2), de dióxido de nitrógeno (NO2) y de otras partículas que causan enfermedades. Según los estudios realizados por el Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (IIDMA), entre 2014 y 2016 en España se produjeron 1.500 muertes prematuras por culpa de la emisión de partículas por parte de las centrales. Además, según indican, la contaminación se desplaza por lo que la que ha generado Reino Unido acaba afectando a la población española. Al igual que la de España ha llegado a Francia y Portugal. Por ello, subrayan los expertos de IIDMA que es fundamental que todas las centrales de Europa lleven el mismo ritmo en la descarbonización, o no servirá de nada los esfuerzos que están realizando países como España.
Las centrales que cerraron el 30 de junio fueron las de estas localidades:
- Compostilla II (León). Propiedad de Endesa.
- Andorra (Teruel). Propiedad de Endesa.
- Velilla (Palencia). Propiedad de Iberdrola.
- Narcea (Asturias). Propiedad de Naturgy.
- La Robla (León). Propiedad de Naturgy.
- Meirama (A Coruña). Propiedad de Naturgy.
- Puente Nuevo (Córdoba). Propiedad de Viesgo.[/list-custom]
Las restantes cerrarán de aquí a 2030. Son las que se encuentran en As Ponte (A Coruña), los grupos 3 y 4 de Alcudia (Mallorca) y Litoral (Almería) todas de Endesa; Los Barrios (Cádiz) propiedad de Viesgo, Aboño y Soto de Ribera (Asturias) de EDP.
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