El año europeo del patrimonio cultural

Con 48 extraordinarios lugares representando nuestro país (42 de ellos culturales, cuatro son naturales, y los dos restantes son considerados bienes mixtos), somos el tercer país del mundo por encima de nuestros vecinos franceses (45) y solo aventajados por China y nuestros hermanos mediterráneos italianos que cuentan con 53 y 54 representantes en la listas, respectivamente, que más bienes ha declarado como Patrimonio Mundial de la UNESCO.

¿Los más destacados de nuestro hermoso país?

  1. La Alhambra de Granada.
  2. Catedral de Burgos.
  3. Obras de Antoni Gaudí.
  4. Acueducto de Segovia.

Y un largo etcétera que nos rompe el alma dejar fuera de esa pequeña lista.

No solo contamos con bienes materiales de una belleza incalculable, pues además de ello contamos en nuestro haber 18 bienes intangibles que enriquecen aún más nuestra cultura y patrimonio.

Y contamos con ejemplos tan mundialmente conocidos como puede ser el caso del flamenco (a quién de nosotros no nos han dicho un ¡olé! cuando nos hemos ido de vacaciones fuera de España, ¿verdad?). Otros ejemplos serían:

  • La dieta mediterránea.
  • Los Castells.
  • Las Fallas de Valencia.
  • Las tamborradas.
Paseo de La Concha en Donostia, Capital Europea de la Cultura 2016

Con todo estas joyas en nuestro medallero particular, no es de extrañar que fuéramos una de las representaciones con más fuerza durante el Año Europeo del Patrimonio Cultural (recordemos que, además, Donostia-San Sebastián, la Perla del Cantábrico, fue una de las dos Capitales Europeas de la Cultura el año 2016, junto a la ciudad polaca de Breslavia) que se celebró el pasado año 2018, que tuvo lugar en la ciudad italiana de Milán.

¿Pero cuáles fueron las razones que empujaron a declarar un Año Europeo del Patrimonio Cultural?

La Unión hace la fuerza

Con el objetivo de unir a las sociedades y habitantes de Europa, se celebró el Año Europeo del Patrimonio Cultura para poder sacar ventaja de todo el potencial que tiene nuestro continente. Así, la intención era crear lazos más fuertes con el resto del mundo, además de fomentar el crecimiento de las ciudades y regiones europeas.

Sobre todo, el año 2018 se centró en todos aquellas personas que serán las futuras generaciones en preservar el patrimonio de cada país, haciendo a los niños y jóvenes los protagonistas de esta iniciativa europea, en el cual se hizo especial hincapié y se le dio un valor extra al adecuado aprendizaje del valor del patrimonio cultural, desarrollo económico y social.

Facilidad y oportunidad

Así, la Unión Europea financió varios proyectos transnacionales a lo largo de los municipios de las diferentes regiones de los Estados miembro, facilitando tanto la integración en otras culturas, también la posibilidad de dar la oportunidad a diferentes personas de sumergirse en ellas, contando con programas tales como Erasmus+, Europe for Cirizens y Horizonte 2020.

Sin duda, una iniciativa que ha ayudado a enriquecer más a nuestro propio país (dos de los 48 patrimonios culturales de la UNESCO se nos han otorgado este año 2019) y Europa.

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