¿Es realmente lo digital más verde y sostenible? Desde hace varios años, varias organizaciones sin ánimo de lucro como Greenpeace se encargan de estudiar el impacto la tecnología en el medio ambiente.

En este caso, todas las miradas se centran en la ecología digital, como nuevo concepto de preocupación para gobiernos, empresas y organizaciones.

Según los últimos datos presentados por varias asociaciones, actualmente la industria de Internet incluyendo los servicios de la nube de voz y vídeo emiten más de 830 millones de toneladas de CO2. Unos números que asustan y que ponen en duda la ecología de Internet, ya que si hace un par de años solo el 65% de la población mundial tenia acceso a Internet, actualmente el 80% utiliza de manera diaria Internet como herramienta de comunicación y de trabajo.

La contaminación digital en datos

Google es uno de los buscadores más utilizados, al igual que todas sus herramientas, como Gmail o Youtube. Hasta hace poco, la compañía se negaba a ofrecer datos de sus residuos digitales pero el pasado 2017, el magnate de internet presentó su rama más verde,  Google Green. Un site que tiene como objetivo informar a sus usuarios del consumo y eficiencia energética de la compañía.

Además, en dicho site la empresa dio a conocer sus datos:

  • En 2017, solo Gmail y YouTube generaron 1,68 millones de toneladas de CO2, de los cuales 1,43 millones proceden de centros de datos y oficinas de Google.
  • Una contaminación que también se puede entenderse como que, cada 100 búsquedas que realizamos en Google generamos unos 20 gramos de CO2 que van directamente a la atmósfera.

Unos datos que también pueden traducirse en una emisión de CO2 equivalente a la de 40.515 coches. Unos datos que preocupan especialmente, por que en 2017 las TICS fueron consumidoras del 8% de la energía mundial, unos datos que aumentan a cada año que pasa.

Consecuencias directas en la salud

El desarrollo informático sostenible es el nuevo reto y el gran debate para las actuales y futuras generaciones.

No solo por el impacto negativa que tiene en el medio ambiente sino también en la salud de sus consumidores. Existen evidencias científicas de que el consumo de las nuevas tecnologías y las largas horas frente a una pantalla producen a la larga trastornos nerviosos y déficit de atención.

Sin contar con los conflictos internacionales y gubernamentales que indirectamente -o directamente- las tecnologías están provocando, como son las guerras por las minas de coltán en el interior de África. Este material es uno de los principales componentes en cualquier objeto tecnológico, ya sea teléfono móvil, ordenador, reproductores e incluso electrodomésticos.

En definitiva, se prevé que en 2020 la infraestructura informática mundial genere más emisiones que la propia aviación, equivalentes a 1.400 millones de toneladas. En este caso, las asociaciones contra el cambio climático ya han alzado la voz, puesto que actualmente el desarrollo informático sostenible es prácticamente inexistente en las sociedades, y es casi igual de agresivo que otros, como la industria o los coches Diesel.

Greenpeace lucha contra la energía sucia

La organización sin ánimo de lucho por excelencia que lucha contra el cambio climático y la explotación animal, lleva años trabajando en la ecología digital presentando varios informes en distintos idiomas sobre esta problemática.

El pasado 2017, la ONG lanzó un informe en el que muestra las aplicaciones móviles más contaminantes, y aquellas que más conciencia han tomado en los últimos años. Unos datos que reflejan, como Apple, Google y Facebook se encuentran en la cabeza de plataformas renovables, frente a Twitter o Netflix que aun no han conseguido involucrarse lo suficiente en esta causa.

 

 

Comentarios

bright star bright star bright star bright star grey star

Más información sobre nuestra política de control, tratamiento y publicación de notificaciones