El aumento de la demanda eléctrica en España en Noviembre

El consumo y la utilización de electricidad en España experimentaron diversos cambios durante el mes de noviembre, según revela el informe de la Red Eléctrica de España (REE). Te contamos todo sobre dicho informe, así como los factores externos que afectan a que el mercado energético en 2023 haya sido tan volátil

Demanda eléctrica a nivel nacional

A nivel nacional, el consumo de electricidad en España incrementó un 2,8% en comparación con noviembre del año previo, una vez ajustados los efectos derivados de las variaciones térmicas y del calendario laboral. En términos brutos, la demanda estimada alcanzó los 19.891 GWh, mostrando un aumento del 3,1% respecto a noviembre de 2022.

Durante los primeros once meses del año, la demanda total en España se situó en 223.532 GWh, lo cual representa una disminución del 2,9% en comparación con el mismo período del año anterior. Después de considerar los impactos del calendario y las temperaturas, la demanda fue un 2,5% inferior a la registrada de enero a noviembre de 2022.

En la península ibérica, excluyendo los archipiélagos, la demanda de electricidad durante noviembre experimentó un aumento del 2,7% con respecto al mismo mes del año anterior, tras ajustar las variaciones climáticas y del calendario laboral. En términos absolutos, la demanda peninsular se ubicó en los 18.740 GWh, registrando un incremento del 3% en comparación con noviembre de 2022, algo que afecta de forma directa al precio de la luz y su evolución en el mercado de cara a 2024.

Desde enero hasta noviembre, la demanda acumulada en la península alcanzó los 209.560 GWh, reflejando una disminución del 3,1% en comparación con los primeros once meses de 2022. Después de realizar los ajustes pertinentes, la demanda experimentó una reducción del 2,7%.

Demanda eléctrica en las Islas Canarias

En las Islas Canarias, se observó un incremento del 4,8% en la demanda eléctrica después de ajustar por efectos climáticos y de calendario. La demanda de noviembre alcanzó los 744.204 MWh, siendo un 4,9% mayor que en 2022. La demanda acumulada de enero a noviembre ascendió a 8.029.481 MWh, presentando un aumento del 2,7% en comparación con el mismo período del año anterior.

En noviembre, la demanda eléctrica en las Islas Baleares aumentó un 5%, ajustando por factores climáticos y de calendario. En términos absolutos, la demanda mensual se estimó en 376.146 MWh, siendo un 3,7% más elevada que en noviembre de 2022 en cuanto a la potencia eléctrica utilizada y demandada. La demanda acumulada de enero a noviembre fue de 5.584.020 MWh, presentando una disminución del 1% respecto al mismo período anterior.

El ciclo combinado, representando el 74,7% de la producción en Baleares, fue la principal fuente de energía en noviembre. La generación renovable y libre de emisiones experimentó un aumento del 36,3% anual, aportando el 12,3% del total. Además, el enlace submarino desde la península cubrió el 18,5% de la demanda en Baleares.

Generación de energía renovable

En este noviembre, las fuentes de energía renovable alcanzaron un hito histórico al contribuir con el 60,3% de la electricidad generada en España. En términos absolutos, la producción renovable ascendió a 13.004 GWh, registrando un aumento del 29,1% en comparación con noviembre de 2022.

Dentro del espectro de energías renovables el incremento ha sido el siguiente:

Durante noviembre, se evidenció un aumento generalizado en la demanda eléctrica a nivel nacional y peninsular después de ajustar por factores externos. Únicamente Baleares y Canarias registraron incrementos en términos brutos. La generación renovable estableció nuevos récords al contribuir con el 60,3% de la electricidad en España.

Las energías eólica e hidráulica lideraron la generación renovable en la península. Mientras tanto, el ciclo combinado continuó siendo la principal fuente en los archipiélagos, a pesar del crecimiento de las fuentes renovables sin emisiones. Los enlaces eléctricos entre sistemas favorecieron el suministro a Baleares y Canarias. En resumen, noviembre destacó por el creciente papel de las energías renovables en la generación eléctrica española.

Determinantes globales de la volatilidad energética

El año 2023 se ha revelado como un periodo crucial para la economía energética a nivel mundial. Se caracteriza por oscilaciones significativas en los precios de la electricidad y el gas, impactando considerablemente tanto la economía a gran escala como los presupuestos domésticos.

Estas variaciones de precios no tienen origen en un solo factor, sino que resultan de una combinación de influencias globales, decisiones políticas y eventos naturales.

• Geopolítica: La geopolítica ha sido siempre un factor determinante en los mercados energéticos. En 2023, las tensiones en áreas cruciales de producción de energía, como Oriente Medio y Europa del Este, han generado una incertidumbre notable. Conflictos regionales, sanciones económicas y disputas territoriales han tenido un impacto significativo en la producción y el suministro de gas y electricidad. Estas tensiones han reducido la oferta disponible, generando una escalada en los precios y volatilidad en los mercados energéticos. Además, la dependencia de ciertas regiones de importaciones energéticas provenientes de zonas conflictivas ha exacerbado la inestabilidad de los precios a nivel mundial.
• Cambio Climático y Catástrofes Naturales: Los efectos del cambio climático han sido más evidentes en 2023. Catástrofes naturales como huracanes, inundaciones y olas de calor han afectado no solo a las poblaciones, sino también a la infraestructura energética. Por ejemplo, las inundaciones pueden dañar plantas de energía y redes de distribución, mientras que las olas de calor aumentan la demanda de electricidad para refrigeración. Estos eventos han reducido la capacidad de producción y distribución de energía, llevando a un aumento en los precios debido a una oferta reducida y una demanda incrementada.
• Transición Energética: La transición global hacia fuentes de energía renovable ha sido un movimiento en crecimiento durante 2023. Aunque esta transición promete una energía más limpia y económicamente sostenible a largo plazo, los procesos de adaptación y cambio presentan desafíos considerables. La inversión en nuevas tecnologías, la reconversión de infraestructuras y la integración de fuentes renovables en la red eléctrica existente implican gastos significativos. Estos costos iniciales pueden resultar en un aumento en los precios de la energía a corto plazo, aunque se anticipa que a medida que avance el tiempo, la inversión en energías renovables será económicamente beneficiosa.
• Políticas Regulatorias: Las decisiones políticas en el ámbito de la regulación energética han tenido un impacto directo en los precios. En 2023, diversos gobiernos han implementado medidas que van desde la imposición de impuestos sobre ciertas fuentes energéticas hasta la concesión de subsidios para otras. Estas políticas pueden alterar los costos de producción y distribución de energía, repercutiendo directamente en los precios para los consumidores. Además, las regulaciones en materia de emisiones y medio ambiente también han tenido su efecto, instando a las empresas a invertir en tecnologías más limpias, aunque a menudo más costosas.

Economía, mercados y progresos tecnológicos

• Demanda a Nivel Mundial: Con la recuperación económica global después de la pandemia, hemos presenciado un notable incremento en la necesidad de energía en 2023. Este aumento en la demanda eléctrica, impulsado por la reactivación de sectores industriales y el aumento del consumo doméstico, ha generado una presión al alza en los precios de la electricidad y el gas. El crecimiento económico conlleva un mayor uso de energía, y cuando la oferta a través de las tarifas no puede satisfacer este aumento en la demanda, los precios tienden a ascender.
• Mercados Futuros y Especulación: Los mercados de futuros en energía y la especulación financiera también han ejercido influencia sobre los precios de la energía en 2023. Estos mercados posibilitan a los operadores comprar y vender contratos energéticos a precios futuros, basándose en sus expectativas del mercado. Estas expectativas, frecuentemente influidas por los factores mencionados anteriormente, pueden dar lugar a fluctuaciones de precios significativas. La especulación puede intensificar la volatilidad del mercado, ya que los precios pueden ser impulsados tanto por la realidad de la oferta y la demanda como por las percepciones y predicciones de los inversionistas.
• Avances en Energías Renovables: Los progresos en las tecnologías de energía renovable han sido notables en 2023. La constante mejora en la eficiencia de tecnologías como la solar y la eólica promete reducir los costos de producción de energía a largo plazo. No obstante, la adopción de estas tecnologías también conlleva cambios en la infraestructura y en las políticas energéticas, lo que puede resultar en variaciones de precios a corto plazo. A medida que estas tecnologías se vuelven más asequibles y eficientes, se anticipa que contribuirán a una reducción general en los precios de la energía.
• Eficiencia Energética: Las mejoras en la eficiencia energética, tanto en la industria como en los hogares, han tenido un impacto en la demanda de electricidad y gas en 2023. La implementación de tecnologías más eficientes reduce la cantidad de energía necesaria para llevar a cabo las mismas tareas, disminuyendo así la demanda global. Esta disminución en la demanda puede resultar en una baja en los precios de la energía, aunque este efecto puede ser contrarrestado por aumentos en el consumo debido a la creciente dependencia de la tecnología y el confort moderno.

Influencias, análisis y conclusiones

El año 2023 ha sido testigo de la intrincada interacción de diversos factores que han influido en los precios de la electricidad y el gas a través de la comparación energética. Desde influencias geopolíticas hasta avances tecnológicos y políticas gubernamentales, cada elemento ha desempeñado un papel en la configuración del panorama energético actual.

En última instancia, una comprensión profunda de estos factores es esencial para la toma de decisiones informadas tanto a nivel político como de consumo individual.