Para muchos expertos en la materia, cuantificar el número de usuarios de esta moneda virtual es imposible. Sin embargo, se han realizado varios estudios para determinar el número, al menos aproximado, de personas que emplean esta moneda virtual y podemos decir que durante el año 2019 se alcanzarán los 5 millones, el Bitcoin ya no es una herramienta de uso minoritario.
Se está arrojando luz sobre el funcionamiento de estas monedas virtuales, lo que genera multitud de debates sobre la cuestión de la posible burbuja especulativa que se está formando y también sobre sus enormes impactos en el medioambiente por el soporte energético que precisan.
Operación de igual a igual
Las personas que realizan transacciones con estas monedas son clientes y servidores al mismo tiempo. Para usar Bitcoin, se debe descargar un software que se convierte en un nodo (unidad mínima) de la red. Cada transacción debe ser verificada y validada por los nodos, antes de ser registrada en un bloque (espacio público) disponible para todos los usuarios.
Todos estos espacios forman la Blockchain (cadena de bloques) y, sirven como un libro de cuentas público donde todas las transacciones quedan registradas, es el sistema que asegura el buen funcionamiento de la red.
Su crecimiento requiere de un proceso de respaldo y un mantenimiento informático complejo denominado “minería”, el cual consume una cantidad exagerada de energía, pues se requiere de potentes sistemas operativos y computadoras para mantener la cadena de bloques. Los “mineros” obtienen una recompensa en Bitcoins, por su contribución a la red.
Planta minera
Minar
Conjunto de procesos necesarios para validar y procesar las transacciones de una criptomoneda
Consume principalmente energía
Se genera y mantiene mediante el uso de computadoras muy potentes, con un consumo energético enorme. Se ha hablado durante años sobre las grandes necesidades energéticas de los centros de datos de motores de búsqueda, pero Bitcoin, Ethereum y el resto de monedas virtuales están en otra liga.
Este es un tema preocupante para los medioambientalistas y tendría que serlo para todos. El bitcoin es una moneda que cambió todo el entorno económico y probablemente por esa razón, no dejará de existir sólo por la situación medioambiental.
¿Sabías que...?
1 transación bitcoin= consumo diario de 9 hogares
1 transacción bitcoin=122kg de CO2
1 hora de minería= consumo anual de 15 personas
Si el bitcoin fuera un país= puesto 56 en consumo energético mundial
Considerando este ritmo, el mantenimiento del bitcoin necesitará de toda la energía producida en los Estados Unidos para mediados del año 2019 y para febrero del 2020, toda la energía que se produce en el planeta!
El gran problema de Bitcoin no solo es su consumo masivo de energía, sino que el 80% de los superordenadores empleados para mantener y desarrollar el sistema se encuentran en países asiáticos en los que la principal fuente de energía es la combustión de carbón, generando grandes cantidades de CO2 y otros gases tóxicos para el planeta.
China resulta muy atractivo para los centros de procesamiento que requieren los bitcoins, ya que la electricidad y el suelo son muy baratos.
¿Que alternativas tenemos?
Como hemos comentado anteriormente, la utilización de los Bitcoins y otras monedas virtuales es algo inevitable debido a su escala económica a nivel mundial, lo que sí que está en nuestra mano y es sensible al cambio, es la forma en que alimentamos esa inmensa red.
A medida que comprendamos mejor el funcionamiento de esta tecnología podremos entender también las posibles alternativas que permitan hacer viable este sistema de intercambio, cada vez más popular a nivel mundial.
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