Los ecologistas que asaltan el mundo del arte
Muchas han sido las personas que alrededor del mundo han visto impactados los actos vandálicos que jóvenes hacen sobre obras de arte en los museos más concurridos. Pero hay muchas cuestiones a revelar sobre esos individuos y sus acciones. En el artículo analizaremos tres puntos cruciales: ¿Quiénes son y qué buscan?, ¿Cómo actuamos al respecto? y ¿la causa justifica las acciones?
Just Stop Oil, jóvenes ecologistas dispuestos a desobedecer
Just Stop Oil es una organización originaria del Reino Unido que tiene como objetivo poner fin a todas las licencias y concesiones que el gobierno facilita a las empresas extractivas de combustibles fósiles. La agrupación considera que se debe apostar por las energías renovables e ir dejando atrás la dependencia de los combustibles fósiles. Para ellos la crisis energética europea en la que las compañías de luz han subido el precio de la luz y el precio del gas muy altas es culpa de las empresas y los gobiernos. Cada uno de los integrantes sabe muy bien cuál es su papel y cada semana tienen de media unas 20 o 30 reuniones públicas.
Su modus operandi se basa en la que ellos llaman Resistencia Civil No Violenta de modo que utilizan huelgas, boicots, protestas masivas e interrupciones con el fin de ganar visibilidad y buscar la reacción del Estado que no les escucha. Pese a que en varias de sus acciones hay arrestos, consideran que su obligación moral es actual ya que el gobierno está perjudicando directamente a todo el planeta con sus decisiones.
La forma en la que se financia la organización es a través del Fondo de Emergencia Climática y de donaciones de particulares que deciden apoyar su causa. Según ellos mismos publican en su página web, los fondos se destinan al reclutamiento, capacitación, desarrollo de actividades y educación de activistas, así como también se cubre la movilidad, alojamiento y comida de diferentes activistas del grupo.
Cómo reaccionan los medios, los ciudadanos y las autoridades
En los medios de comunicación, no es complicado darse cuenta que tanto a nivel nacional como internacional se da cobertura a ese tipo de noticias y se publican artículos al respecto, pero, ¿realmente el enfoque es condenar o presentar hechos? Seguramente se presentan los hechos mostrando simplemente un fragmento del acto vandálico, el caso es que no se juzga a los activistas como delincuentes ni se abre un debate al respecto de la misma forma que se hace muchas veces con la extrema derecha o izquierda. En resumen, los medios facilitan lo que los activistas buscan que es visibilidad, a parte del efecto llamada que genera presentar este tipo de noticias al mundo entero.
Los ciudadanos de primeras quedan sorprendidos al ver ese tipo de actos, pero gran parte de ellos a posteriori reacciona con memes, chistes y bromas al respecto sin tener en cuenta la pérdida de patrimonio cultural e histórico que hay con ese tipo de ataques. Es remarcable también la ausencia de movimientos en contra de los activistas como podría ser exigiendo penas más duras a través de una recogida de firmas.
A nivel jurídico, la ley puede sancionar a los ataques a obras de arte hasta cuatro años y medio de cárcel en el caso de España dependiendo de la gravedad del ataque. Un precedente fue la condena a cinco meses de prisión y una multa de 1.400 euros al autor de un graffiti en la escultura de Eduardo Chillida “Lugar de Encuentros II”. A parte de dicha condena se pueden sumar la costes de “restauración del bien dañado a cargo del autor”.
Por parte de los museos, se están tomando medidas de forma interna pero no se quiere publicitar a ese tipo de casos de vandalismo, desde el Museo del Prado de Madrid argumentan “Aunque nos mantenemos alerta, en esta ocasión preferimos mantener un perfil bajo y no hacer declaraciones sobre esta cuestión". En las exposiciones más emblemáticas explican que se ha intensificado la vigilancia. Miguel Falomir, director del museo afirma "No sé si vale la pena hablar de esto, porque en el fondo es lo que pretenden, esta publicidad, hay formas bastante más inteligentes para defender nobles causas; haciendo las cosas de esta manera se consigue justo lo contrario". Desde el museo Reina Sofia, en la misma línea explican "El riesgo cero no existe: lo que sí hacemos es optimizar todas las medidas de seguridad que tenemos a nuestro alcance".
¿Maquiavelo tiene razón, “el fin justifica los medios”?
Si bien es cierto que algunos actos vandálicos se han sancionado, muchos son los que no. La mayoría de medios publican noticias sin condenar los actos, así como gran parte de los ciudadanos hacen memes a partir de los ataques. Con todo esto, cabe plantearnos como sociedad ¿Realmente estamos en contra de los ataques de Just Stop Oil o estamos colaborando con ellos con nuestras acciones? Saquen sus conclusiones.
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