La actividad que se realiza en la red, como descargar el capítulo de una serie, subir unas fotos en una red social o realizar una videollamada, envía información a través de internet desde un equipo a otro, por lo que se acaba materializando en formato físico. Aunque este gasto de memoria ya no ocupe espacio en nuestro ordenador, la información que se sube a las “nubes” acaban en los llamados centros de datos.
Se trata de unas salas de máquinas por donde pasa casi todo el tráfico de internet y su gasto energético es muy alto. Según explican los expertos, aunque se ahorre papel y plástico al digitalizar los archivos, la economía digital también requiere de una base física que necesita mucha electricidad. Por ello, las empresas como Facebook, Google, Amazon o Apple son grandes consumidores de energía, o como algunos les llaman, vampiros de electricidad.
La pandemia mundial de confinamiento ha disparado además el tráfico de internet a un 40%. Pero lo cierto es que desde el año 2010 el tráfico de la red ya se había multiplicado por 12, incrementando el trabajo de los centros de datos en 7,9 veces. No obstante, según el IEA (Agencia Internacional de Energía) el consumo energético sigue siendo prácticamente el mismo que el de hace una década, por lo que la energía que consumen todas estas infraestructuras sigue siendo de 200 TWh, algo inferior al 1% de todo el consumo mundial. Esto se ha logrado gracias a centros “hiperescalados” muy eficientes que pueden contener hasta el momento toda la carga de información y energía sin generar un mayor gasto energético. Pero todo tiene un límite. ¿Cuál es el plan para poder gestionar toda esta información en aumento y el consecuente gasto energético?
¿Pueden las empresas generar su propia electricidad?
No todas los sectores económicos se habían visto forzados a la transición digital hasta la llegada de la pandemia mundial de coronavirus y el forzoso teletrabajo. Esto demostró que el aumento del tráfico es una tendencia y por muy poco que aumente el gasto energético de los centros de datos, este incremento es una constante en curva ascendente. Por ello las grandes empresas iniciaron hace algunos años una optimización de los sistemas de refrigeración de estas salas de máquinas y ya empiezan a planear autoalimentarse de electricidad con sus propias fuentes de energías renovables.
Es el caso de la multinacional Apple, que ya ha anunciado la construcción de dos grandes turbinas de energía solar para poder dotar de energía a sus servidores en los países nórdicos que soporte servicios como App Store o Apple Music. Estas turbinas podrán generar 62 gigavatios por hora durante todo el año. Por su parte, Facebook ha adquirido una gran extensión en el Estado de Texas para poder construir un parque solar fotovoltaico con el fin de poder alimentar a sus servidores. Pero también otras grandes empresas han manifestado su voluntad para poder ser energéticamente independientes.
La problemática de la ubicación de los centros de datos
La refrigeración mediante aire acondicionado permite un control muy efectivo sobre los centros de datos, sin embargo esto dispara el gasto energético. Una forma de ahorrar energía y ganar en eficiencia energética es el uso de agua como disipador de calor, cuyo funcionamiento se realiza mediante tuberías que disminuirán los grados de temperatura de los centros de datos. Además, también existe la posibilidad de refrigerar estos centros mediante aire exterior a través de una red de corrientes naturales que impiden los incrementos de temperatura.
Una de las medidas más llamativas llevadas a la práctica fue realizada por Microsoft, empresa que construyó un centro de datos a más de 30 metros de profundidad con energía renovable procedente de un generador hidráulico. Sin embargo este sistema, que puede resultar muy eficiente, no es funcional para otras empresas, ya que algunas de ellas necesitan que los centros de datos se ubiquen cerca de los centros urbanos donde operan.
Por esta razón han aparecido algunas empresas independientes que realizan copias de los centros de datos más alejados para poder servir de interconexión entre la empresa prestataria de servicios y sus usuarios. Como conclusión, un hecho. Las últimas grandes adquisiciones de compras de energía limpia han sido efectuadas por grandes empresas tecnológicas. Si la tendencia de creación de su propia energía continúa al alza, ¿contrataremos tarifas de luz de Facebook? La respuesta, como en la mayoría de ocasiones, está en el futuro.
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